Parecen opuestos por su sabor pero… ¿qué tienen en común la sal y el azúcar?
A pesar de ser muy distintos en su sabor y composición, el azúcar y la sal tienen algunas características en común. Por ejemplo su consistencia es muy similar.
Sin embargo, el azúcar es la “sacarosa”, un disacárido hecho de glucosa o fructosa. Igualmente hay variedad de tipos de sal, pero generalmente está asociada a la sal de mesa, que se compone por iones de sodio y cloruro.
La fuente principal del azúcar es la caña y la remolacha azucarera, así como los arces de azúcar y sorgo. Por su parte la sal tiene como fuentes generalmente la salmuera y la sal de roca natural o halita.
Ambas, la sal y el azúcar son utilizadas frecuentemente para el consumo humano. Está demostrado que el cuerpo humano necesita tanto azúcares como sales para sobrevivir.
Aportes a nuestro cuerpo
La sal yodada es un micronutriente que ayuda a regular los procesos energéticos y a regular el funcionamiento del cerebro y sistema nervioso.
Así mismo, ayuda a tener una adecuada coordinación motriz y con respecto a las hormonas tiroides, que regulan muchas reacciones metabólicas, ayuda a su formación.
De acuerdo con La Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso de la sal yodada ayuda a prevenir trastornos por carencia de yodo, esto comprobado a través de estudios para comparar la eficacia de la sal yodada con otras formas de administración y suplementos de yodo.
Por su parte el azúcar es uno de los principales ingredientes que aporta más energía al cuerpo humano. El cerebro trabaja con mayor concentración y se mantiene más despierto con una dosis diaria de glucosa.
La OMS también sugiere para una dieta de 2 mil calorías, una ingesta de 50 gramos de azúcar. Ya que se debe aportar un 10% de las calorías diarias tanto en niños como en adultos.
En conclusión, ambos alimentos son imprescindibles para la alimentación humana y van relacionados con funciones primordiales para nuestro cuerpo y salud.